Caracas
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, enfrentó este miércoles la primera jornada de una huelga de 48 horas en rechazo a la elección de una Asamblea Constituyente y nuevamente las calles de Caracas y otras ciudades fueron escenario de convulsión que cobró la vida de una persona.
En medio de una creciente presión internacional para que suspenda la controvertida votación, Estados Unidos anunció sanciones contra 13 funcionarios y exfuncionarios gubernamentales, y advirtió de que quien se sume a la Constituyente quedará "expuesto a potenciales" penalizaciones.
Entre los sancionados por Washington figuran la presidenta del Poder Electoral, Tibisay Lucena, y otros impulsores de la Constituyente, acusados de "quebrantar la democracia", como el ministro Elías Jaua (Educación) y el defensor del Pueblo, Tarek William Saab. También, el ministro Néstor Reverol (Interior), por represión de las protestas.
El mandatario reaccionó de inmediato y calificó la medida de "insolente", en un acto público en el que condecoró a los sancionados con una réplica de la espada del héroe de la independencia Simón Bolívar. "¡Los hijos de Bolívar no se rinden!", expresó.
Por su lado, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, expresó su "preocupación" por informes sobre violaciones de derechos humanos y llamó a "poner fin a la violencia" y respetar "el Estado de derecho" en el país suramericano.
Las protestas contra el gobernante, que se identificaron desde abril, cuando el gobierno intentó anular las potestades de la Asamblea Nacional (Parlamento), han dejado 104 fallecidos y se han mantenido casi a diario ininterrumpidamente.
El miércoles, la convulsión en las calles era mayor: militares y policías lanzaron andanadas de perdigones y bombas lacrimógenas contra manifestantes, quienes los enfrentaron con piedras y cocteles molotov.
En Ejido, en el estado occidental de Mérida, un hombre de 30 años murió durante una manifestación.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD, opositora) convocó para el viernes una gran marcha en Caracas y amenazó con "boicotear" la elección, el domingo, de los 545 asambleístas de la Constituyente, con la que temen se instaure un régimen comunista en Venezuela.
La Constituyente la rechaza el 70% de los venezolanos, según la empresa Datanálisis, y ha sido criticada por gobiernos latinoamericanos y europeos, y más duramente por Estados Unidos.
'Es un hecho'. Pero Maduro no muestra señales de retroceso. Más bien insiste en que la Asamblea Constituyente "ya es un hecho": "Aquí lo que viene es paz", dijo este miércoles.
La MUD no participará en el órgano que redactaría la nueva Constitución pues alega que no fue convocada por medio de un referendo y que el sistema de elección fue diseñado para que el gobierno la controle y haga una Carta Magna a su medida, que garantice su permanencia en el poder.
La fiscala general, Luisa Ortega, veterana chavista que rompió con Maduro, advirtió de que será un "cheque en blanco", y llamó a los venezolanos a jugárse todo para detenerla.
El gobierno puso a toda marcha la maquinaria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para el domingo, en tanto que la Fiscalía pidió a los ciudadanos denunciar si hay presiones para que voten.
Según analistas, una alta abstención restaría legitimidad a la Constituyente, frente a los 7,6 millones de votos que la MUD asegura que obtuvo en el plebiscito simbólico que hizo el 16 de julio contra esa iniciativa.
En Bello Campo, este de Caracas, los choques fueron más duros y se mantuvieron hasta el final de la tarde. Una lluvia de piedras, botellas y otros objetos les cayó, desde edificios de viviendas, a un contingente de militares.
Con barricadas de escombros en las calles, comercios cerrados o confinados en sus casas, los opositores cumplieron la primera jornada de la huelga.
"Ya basta de la apatía... cada vez estamos peor, con colas y escasez. Pienso estar las 48 horas" de huelga, declaró María Auxiliadora, vecina del acomodado sector de Chacao, bastión opositor.
En el centro de Caracas y otras ciudades, seguidores de Maduro se concentraron en apoyo a la Constituyente.
"La oposición está en contra del pueblo, tratando de destrozarnos a todos", se quejó Reinaldo Alfonso, quien abrió su peluquería en Catia, popular barrio del oeste de la capital.
"Se ha cumplido la huelga general en 92% en todo el país. Venezuela ha dejado claro a Nicolás Maduro que no se va a calar ese fraude constituyente", expresó en rueda de prensa el diputado Freddy Guevara a nombre de la MUD.
Maduro, en cambio, tuvo otra apreciación: "Ha sido derrotado el intento de un paro general indefinido, una victoria de la clase obrera (...). El pueblo no le paró al paro, la gente salió a las calles a trabajar, a vivir, a hacer, a construir".
Muchos venezolanos se abastecieron antes de alimentos, y miles cruzaron a pie la frontera con Colombia para aprovisionarse o salir del país, ante la incertidumbre de lo que pueda pasar.
Maduro enfrenta también el malestar de muchos venezolanos por la profunda crisis económica en que cayó el país, donde la comida y las medicinas escasean, y los precios suben todas las semanas.
La patronal Fedecámaras y las principales centrales obreras apoyaron la huelga, pero la vital industria petrolera operaba en "completa normalidad", según Eulogio del Pino, presidente de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA, estatal).